Por Sonsoles Álvarez de Toledo.

Desde que nos casamos, hace 27 años, nos propusimos intentar celebrar todos los aniversarios de boda con un viaje entorno a jardines.
Hemos hecho viajes solos, con amigos o liderados por Youtopia, a los mandos del mejor cicerone nuestro amigo Jesús Moraime.
Hemos viajado por Galicia, Asturias, Andalucia, Roma, Sicilia, Normandía, Provenza, Washington, Oxfordshire, Kent…. y ¡¡por fin este año los Cotswolds!!
Todos han sido un  gran éxito y una suerte enorme.
Teníamos pendiente una visita a Highgrove, la casa de su Alteza Real el Principe de Gales.
El Principe Carlos es un pionero en elaborar productos ecológicos y hacer de ello una marca de lujo, los Duchy Originals.
Esta faceta suya tiene un atractivo especial para mi familia.
Nuestro aceite Marqués de Valdueza comparte su misma filosofía, que no es otra que la de cuidar toda la elaboración, con un mimo y hornadez,
como si de un jardín se tratase.
Este concepto es lo que en España se llama un Pago.
Esto se materializa en que, tanto  sus productos como nuestro aceite, se encuentran muy cerca el uno del otro, en los estands de los
supermercados Waitrose.
Como el mismo Principe Carlos cuenta, lo que le mas le atrajo de Highgrove era que era un lienzo en blanco donde empezar  dibujar, donde crear un lugar de belleza y tranquilidad, que deleite el ojo y toque el corazón.
Y así en 1980 empezó su proyecto de crear un jardín orgánico donde se crease un ecosistema de respeto en el que cohabitasen las plantas, los árboles, los pájaros e incluso las enfermedades.
Una agricultura sostenible viable sin fertilizantes, en la que se trabaje con la naturaleza y no contra ella.
Un proyecto que nace del más profundo deseo de compensar de alguna manera, los atroces destrozos que se hicieron en aquellos años 80, atentando, con una cortedad de miras terrible, contra la naturaleza, el paisaje y Patrimonio artístico de Inglaterra, y por tanto en consecuencia, su alma.

Llegó el día de la visita a Highgrove y la lluvia que caía no nos iba a quitar ni una gota de la ilusión con la que veníamos. Una vez pasada la consiguiente identificación en la entrada de la finca, nos dieron la bienvenida con
un té y unas pastas.

Pasamos a un salón donde nos sentamos para ver una grabación
hecha por el Principe Carlos. A continuación comenzamos la visita con nuestra encantadora  guía, que durante casi 2 horas nos fue explicando
cada detalle del jardín.
Mayo es una época estupenda para disfrutar de los tulipanes
en todo su esplendor.
Las grandes extensiones de pasto estaban salpicadas de narcisos y jacintos salvajes; los frutales todos en flor; los rododendros y las azaleas creando unas manchas de color impresionantes!
Pero creo que lo que más me gustó fue la huerta rodeada por un muro de ladrillo y con una pérgola por la que subían distintas variedades de manzanos.
Lo que le da gran originalidad al jardín de Highgrove son la cantidad de objetos de decoración que tiene; desde los típicos topiary con formas variadisimas incluido un elefante en honor al hermano de la Princesa de Cornualles, hasta esculturas de personas que han tenido relevancia en el jardín y en la vida del Principe, como son su adorada abuela la Reina Madre, y sus perros preferidos.
Hay también lo menos 10 pequeñas casitas hechas de roble, a modo casi de templetes, miles de bancos de teca y de puertas de separación todas pintadas en colores alegres que recuerdan a la India.
Infinidad de detalles eclécticos que reflejan la personalidad de su dueño.

No solo no nos ha decepcionado lo más mínimo sino que lo hemos disfrutado como nada!

Los Cotswolds son una zona de Inglaterra llena de encanto.
Pueblos como Bourton on the Water, Upper Slaughter, Cirencester, Tedbury, Slow on the Wold… con sus casas tan cuidadas, en este momento con las glicinias y las clematis subiendo por sus fachadas, y las lilas y los viburnum llenándolo todo de un olor indescriptible han hecho de nuestro viaje un éxito absoluto y agradecimiento infinito.


Fotos de distintas casas en los Costwolds

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