Aprovechando las vacaciones de Otoño que nuestros hijos tienen en Alemania nos planteamos un destino para hacer una escapada urbana y cultural y que fuera a la vez atractiva para toda la familia y enseguida el destino fue claro, Ámsterdam, que aunque no cuenta con los grandes monumentos de otras ciudades, es una ciudad con un encanto muy especial gracias a sus  románticos canales, su belleza arquitectónica, su ambiente cosmopolita y joven y su oferta cultural que la sitúa a la vanguardia de Europa.

Con más de 1.000 puentes y 75 kilómetros de canales, que le aportan un carácter fascinante y mágico, Ámsterdam es conocida como la Venecia del norte. Nuestra primera pequeña aventura para los niños fue un tour en barco para así hacernos cómodamente con una visión general de la ciudad. Muy peculiares nos parecieron sus casas barco, se contabilizan más de 2.500 casas de este tipo y su proliferación ha aumentado en los últimos años dada la falta de vivienda en la ciudad. 


Durante nuestro paseo en barco también nos llamó la atención la forma extremadamente estrecha y alargada de las casas consecuencia del alto precio del suelo en Ámsterdam, y el gancho que las corona. Dado que las escaleras son excesivamente inclinadas y es casi imposible subir grandes objetos o muebles en las casas, se instalaron en la parte superior esta especie de ganchos sobre los que colocan poleas para poder levantar los muebles e introducirlos por los grandes ventanales.

Otro dato nos resultó muy curioso (y en cierto modo divertido) y es que a pesar de las barreras existentes, cada semana termina un coche en el fondo del canal y es que aparcar en esta ciudad no es nada fácil y es muy costoso si se hace en un parking céntrico (55 euros por día).

Por este motivo quizá hay un medio de transporte que se ha hecho casi tan representativo  y característico de la ciudad como sus canales: las bicicletas, las cuales aportan a la ciudad una personalidad diferente. Estas dominan el paisaje urbanístico y son las amas de las calles y del tráfico. En cada esquina hay locales donde se pueden alquilar bicicletas, y supone una forma práctica y divertida para moverse por una ciudad en la que todo está cerca.

Al recorrer las calles y canales de Ámsterdam se puede intuir su rico pasado histórico y que han hecho de ella una ciudad próspera. Ya en el siglo XIV era un importante centro comercial para el norte del continente europeo y posteriormente gracias a Carlos V de España que heredó los Países Bajos por parte de su abuela María, la cual pertenecía la Casa Ducal de Borgoña, se convierte en el segundo puerto más importante de la época después de Lisboa. Esta dependencia de España finalizaría tras la Guerra de los 80 años en la que logra su independencia. 

El siglo XVII es considerado el primer Siglo de Oro de la ciudad. En esta época se crea la Banca de Ámstermam (réplica de la banca Veneciana) convirtiéndose en el centro financiero de más poder en el mundo, y con la llegada de los judíos expulsados de España, se erige a su vez en centro internacional de piedras preciosas. Es una época de riqueza en la que se construye el Ayuntamiento de la Plaza de Dam. El Palacio Real (Koninklijk Paleis), que domina la plaza, fue utilizado en un primer momento como ayuntamiento y su clásica fachada y sus elegantes esculturas estaban destinados a glorificar la ciudad y su gobierno. La impresionante historia de la plaza está bien documentada en el Museo Histórico de Ámsterdam.

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Tras la invasión de Napoleón llega su segundo Siglo de Oro gracias a la revolución industrial que protagoniza el siglo XIX.

Una época que marcó la historia de la ciudad fue la invasión alemana durante la Segunda Guerra Mundial y la persecución que sufrieron los judíos durante la misma. Merece la pena visitar la casa de Anne Frank, la niña judía que en su diario dejó para la historia un testimonio conmovedor sobre la persecución.

Las pinacotecas son una importante visita en Ámsterdam. El Rijksmuseum (Museo Nacional) es considerado el mejor museo de Holanda y cuenta con la mayor colección de cuadros del Siglo de Oro holandés. El museo Rembrandt, se encuentra en la casa de este importante pintor que ya en su época maravilló a medio mundo. El Stedelijk Museum muestra obras de pintores como Cézanne, Monet, Picasso, Chagall y otros no menos importantes.

Con los niños elegimos visitar a un pintor absolutamente representativo holandés, el Museo de Van Gogh; es fascinante ver a tu hijo de 7 años con sus cascos escuchar con atención las descripciones de las obras de este genial pintor y comentarlos con su hermana de 9. Los niños siempre sorprenden.

Muy cerca encontramos el parque Vondelpark, el más grande de Ámsterdam y perfecto para ir en familia. También cerca está la Plaza Leidseplein y sus alrededores que constituyen uno de los centros de animación más atractivos de Ámsterdam.

Otro museo perfecto para visitar con los niños es El Museo de la Ciencia NEMO. En él se pueden realizar algunos experimentos científicos y disfrutar de algunas exhibiciones interactivas sobre la fuerza de la gravedad, el magnetismo y otros muchos fenómenos cotidianos. Justo a este museo se encuentra atracada una réplica del barco Ámsterdam que perteneció a la Compañía de las Indias Orientales, en él se pueden descubrir todos los secretos de su interior y comprender cómo era la vida de los marineros que lo habitaban y trabajaban en él.

Merece la pena visitar también el Mercado de las Flores (Bloemenmarkt) es un placer para los sentidos y constituye uno de los mejores lugares de Ámsterdam para comprar algunos recuerdos.

Aprovechando nuestra visita a Holanda quisimos hacer un par de excursiones a ciudades cercanas. 

Nuestro primer destino fue La Haya, no solo por su belleza, sino sobre todo para poder visitar con los niños Madurodam. Un parque temático con las principales ciudades y atracciones holandesas en miniatura y que encantó a los niños.

Madurodam fue construido en homenaje a George Maduro que falleció en 1945 en el campo de concentración de Dachau. Sus padres financiaron la ciudad en miniatura en su honor y desde su creación los ingresos del parque son donados para diferentes obras en beneficio de la juventud.

De vuelta a Alemania hicimos alto en la ciudad más antigua de Holanda: Dordrecht. Su rica historia es apreciable cuando paseas por su viejo puerto, y bellos canales. Su iglesia Grote Kerk, situada al borde de un canal, es impresionante y si quieres comprar alguna antigüedad existen numerosos anticuarios con piezas realmente tentadoras.

Nuestro escapada a Ámsterdam y alrededores, intensa y fascinante a la vez, nos ha encantado a toda la familia, no solamente por todo lo que hemos descubierto y aprendido, sino porque lo mejor que tiene Holanda son sin duda los holandeses.

Para más información:
www.disfrutaamsterdam.com
www.iamsterdam.com/es

Por Gema Cebrián Arrabal

 

      

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