En 1949 aparece la primera patente del antepasado de la Tablet y, en contra de lo que pueda parecer, este revolucionario invento, conocido como Enciclopedia Mecánica, fue inventado por una mujer española.

Ángela Ruiz Robles, una de estas mujeres excepcionales a las que la historia no ha reconocido su labor hasta hace unos años, nació en Villamanín, León, el 28 de marzo de 1895, cursó sus estudios superiores en la Escuela de Magisterio de León, donde entre 1915 y 1916 impartió sus primeras clases de taquigrafía, mecanografía y contabilidad mercantil. A los 22 años fue nombrada maestra directora de la Escuela de Gordón (León), y al año siguiente se trasladó a Ferrol al obtener la plaza de profesora del Centro Ibáñez Martín, del que sería directora.

Maestra y madre viuda de tres niñas: Elena, María Elvira y María del Carmen, Doña Angelita, como era conocida entre sus alumnos en Ferrol, no era una mujer al uso; de ella se cuentan historias como que le fue llamada la atención por el alcalde de uno de los pueblos en los que fue maestra por montar a caballo, su gran afición por las playas ferrolanas o que sus hijas se dormían acunadas por el sonido de las teclas de la máquina de escribir que daban vida a las numerosas obras e inventos que salían de la mente de su incansable madre.

Pero su mayor logro es la ya mencionada Enciclopedia Mecánica, que nace de su preocupación por que los alumnos aprendiesen de forma fácil y divertida sin que el peso de los libros, la gran cantidad de materias o las dificultades visuales de los mismos supusiesen un problema. Esta enciclopedia, cuyo prototipo se fabricó en los astilleros de Ferrol a falta de una empresa que invirtiese en ella a pesar de que estaba aprobado su uso por el Ministerio de Educación, se componía de una serie de bovinas -cada una contenía una asignatura como si de unpendrivese tratase- que se manejaban gracias a un sistema de pulsadores; además, contaría con luz para poder leerse en la oscuridad, una lente de aumento que podía estar graduada según las necesidades del alumno, una pequeña calculadora e incluso unos pequeños pulsadores que equivaldrían a los modernos hipervículos.

Este innovador invento le valió reconocimientos como la Cruz de Alfonso X el Sabio y también, como recuerda su hija, mi abuela Carmen, la incredulidad de muchas personas importantes que le decían: “Pero Doña Ángela, ¡cómo van a caber ahí todas las asignaturas!”.

Su máxima: “venimos a este mundo no solo a vivir nuestra vida lo más cómodo y mejor, sino a preocuparse de los demás, para que puedan beneficiarse de algo ofrecido por nosotros”, arraigada en ella a causa de su gran fe católica, le llevó a realizar una importante labor como gerente de la Escuela Nacional de Niñas del Hospicio, a ser profesora de la Escuela Obrera gratuita y a redactar cartas o dar clases a domicilio desinteresadamente; el 18 de diciembre de 1925 recibió «una distinción especial por sus indiscutibles méritos en agradecimiento a su dedicación y la atención desinteresada» promovida por sus convecinos.

En 2013 el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en colaboración con el Ministerio de Economía, Industria y Competitividad publica el libro Ángela Ruíz Robles y la invención del libro mecánico; dando a conocer al mundo la historia de esta maestra leonesa, ferrolana de adopción, de la que se han hecho eco numerosos periódicos nacionales así como libros como Las chicas son guerreras, 1785 motivos por los que hasta un noruego querría ser españolo Siempre estuvieron ellas e incluso otros dedicados en exclusiva a ella como Ángela Ruiz Robles, la inventora de la primera TabletuO valor das ideas: a precursora do libro electrónico, pequena biografía de Ángela Ruiz Robles.

El 11 de junio de 2019 dentro del ciclo de conferencias “La Mujer y sus derechos” de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación de España, D. Ángel Sánchez de la Torre, impartió la conferencia “Inventos Técnico-Didácticos de la maestra Nacional Ángela Ruiz Robles”. Google también quiso mostrar su reconocimiento a Doña Angelita concediéndole un doodle con su nombre en el aniversario de su cumpleaños. Además, existen ya dos premios -uno de la Sociedad Científica Informática de España y otro de la Agencia Española de Protección de Datos- con su nombre.

Nunca sabremos cómo habría cambiado la historia del mundo, y la de la propia Ángela y su familia, si no se hubiese negado a vender su invento en Estados Unidos afirmando que quería que su proyecto se desarrollase en España; pero lo que sí sabemos es que en ella encontramos el ejemplo de una mujer, maestra, trabajadora, madre y española, cuyo ingenio puso al servicio de la sociedad en la que vivía y cuyo invento podemos admirar hoy en el Museo Nacional de Ciencia y Tecnología (MUNCYT) de Coruña.

María González de la Rivera de la Higuera
Bisnieta de Ángela Ruiz Robles

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