El niño que comía lana de Cristina Sánchez-Andrade (Anagrama)

Los quince cuentos que componen “El niño que comía lana” transcurren en Galicia. Encabeza la lista “Manuela das Fontes”, una madre joven que llega a la Oficina de Contratación de Amas acompañada de un perrito y con el “pecho duro como una bola de granizo”. Decidida a embarcar en un vapor de la Transatlántica y emigrar a América, donde ha oído decir que los recién nacidos tienen dientes, no tiene reparos a la hora de declarar que el perrito cumplirá una función clave durante la travesía: la de estimular sus glándulas mamarias.

Hambre“ nos recuerda a “Relato de un naúfrago” de García Márquez y algún cuento de Guy de Maupassant. También nos gusta mucho el cuento dedicado a “Puriña”, una niña que se arrastra como un reptil apoyándose en las rodillas, los codos y una manita de seis dedos. La gente se asoma por las ventanas de la choza en la que vive con sus padres para decirle “culebra” y lanzarle castañas. En esta joya narrativa figuran las altas capas de la sociedad personificadas en el señor y la señora del pazo (“mujer pálida, de aires tristes”). Aquí lo imaginario e incluso lo sobrenatural se codea con el abuso de poder.

Sin duda, estos relatos pervivirán en la memoria del lector porque Sánchez-Andrade comprende los conflictos en los que se debaten sus personajes a los que recrea muy vívidamente. La prosa de esta escritora de origen gallego no es sólo poética, también es testigo de los traumas y heridas que han marcado a sus personajes, a los que trata con empatía en vez de juzgarlos.

Peste y cólera de Patrick Deville (Anagrama)

En esta novela de aventuras, el escritor francés Patrick Deville presenta a Alexandre Yersin: médico, investigador, marinero, agricultor, geógrafo y colaborador de Louis Pasteurs. Impulsado por una curiosidad incontenible, trabaja como médico en un barco, navega por los mares de Asia y se embarca en sucesivas aventuras científicas. En China y bajo circunstancias dramáticas, realiza un descubrimiento sensacional: identifica el bacilo de la peste siendo el primero en desarrollar una vacuna contra el flagelo de la humanidad.

Una biografía novelada sobre un hombre extraordinario que demuestra lo entretenida que puede llegar a ser la historia contemporánea. Con un estilo muy depurado, Deville organiza la información latente en las revistas especializadas y los tubos de ensayo y recrea de manera elegante la época que le tocó vivir a su protagonista. Como dice Benjamín Prado, “Peste y cólera” se lee como si fuera un libro de aventuras de Joseph Conrad. Un libro muy útil para leer en las actuales circunstancias.

Kentukis de Samanta Schweblin (Penguin Random House)

La última novela de Schweblin explora los pormenores psicológicos de los amos y su interacción con los kentukis, creando una complicidad entre el lector y esos seres llenos de defectos que buscan salir de su soledad.

Un muñeco establece una conexión con alguien que quiere ser kentuki. El muñeco, que hace las funciones de un robot doméstico, adopta diferentes formas animales: dragón, conejo, topo o ciervo; trae una cámara que se maneja desde una tablet, un pequeño motor y una base para cargar la batería y como un perro sustituye a otras personas y emite gruñidos. Es una especie de animal de compañía, solo que quien quiere ser amo no sabe qué tipo de animal le tocará pilotear.

Estructurado como un libro de relatos, cada capítulo funciona casi como una historia independiente, sobre todo por los finales sorpendentes de imágenes curiosas, como la de unas peladuras de mandarina que una mujer esconde a su novio debajo de almohada.

Según se avanza con la lectura, Schweblin presenta nuevas historias que acaban formando una red de tramas que se entrelazan para dar un sentido total a la novela y los temas que abarca: el acceso a mundos virtuales y paralelos, la falta de comunicación en las familias y la exposición de la intimidad ante un desconocido, entre otros.

Este meticuloso montaje de todos los relatos es el gran acierto de esta autora argentina que consigue que los mundos dispersos de su galería de personajes se unifiquen mediante un objeto simbólico y de status: un muñeco de peluche con cámara. Una muy interesante mirilla al interior de la naturaleza humana.

Por Yolanda Prieto.
Periodista, escritora y gestora cultural, 
autora del libro de relatos Ahora sí
sobre la familia y los choques interculturales.

Yolanda Prieto Pardo, Autorin

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