El tenis, el pádel, el squash son deportes que siempre formaron parte de mi vida en mi juventud, pero que por algún motivo dejé de practicar durante muchos años. Ha sido cuando mis hijos han empezaron con el tenis, cuando lo he retomado y con más energía y entusiasmo que nunca.

Y es que el tenis, uno de los deportes de raqueta más practicados en todo el mundo, es considerado también uno de los más beneficiosos por muchos motivos:

Fortalecimiento muscular y mejora de la resistencia
Este deporte mantiene el sistema cardiovascular y muscular en plena forma. Se ejercitan los músculos de las piernas, la espalda, los hombros, los brazos y los abdominales, es decir, grandes grupos musculares.
El tenis necesita de altas prestaciones en la mayoría de las capacidades físicas, como pueden ser velocidad, fuerza, resistencia aeróbica, potencia o agilidad. Es un deporte de carácter intermitente que permite desarrollar las cualidades de resistencia al mismo tiempo que busca la calidad muscular.

Mejora de la coordinación, la flexibilidad y la agilidad
El tenis es fantástico para entrenar y mejorar la coordinación ya que el cerebro debe estar en alerta para cambiar los movimientos y técnicas a la hora de golpear la pelota, medir la distancia y colocar el cuerpo.
También mejora enormemente la agilidad pues hay que cambiar hasta 5 veces de dirección en 10 segundos.

Control del peso
Como es un deporte que ejercita todo el cuerpo y requiere mucho movimiento, durante su ejercicio se consume una alta cantidad de calorías. Desde que retomé el tenis, ¡¡se acabaron los regímenes y dietas!!
Además mejora la resistencia y la salud cardiovascular.

Mejora la densidad y fuerza de los huesos
Reforzando los huesos de los jóvenes y previniendo la osteoporosis en jugadores de edad avanzada.

Trabaja la mente
Al ser un deporte de confrontación directa, supone un entrenamiento mental muy intensivo: Control de las emociones, del animo, de la frustración…  Cada punto, cada set, cada partido se gana o se pierde y casi siempre de forma individual y eso requiere de una importante gestión emocional.
Aprendes a competir y manejar la adversidad, la frustración  y la presión que puede provocar este deporte, y además a hacerlo con deportividad.
Emocionalmente promueve la confianza en sí mismo e inculca sentimientos de éxito y alivia el estrés.
También trabaja la disciplina pues para dominarlo se necesita cierta dedicación, constancia y paciencia.
Ejercita la concentración, fundamental a la hora de jugar con cierta táctica durante un partido. Concentrarse durante un ejercicio intenso no es nada fácil.

Factor social
Al ser un deporte que se realiza con otras personas, su componente social es muy alto. De hecho es uno de sus mayores beneficios. Ya sea en clases de tenis, jugando con la familia o los amigos, con un objetivo más profesional o simplemente jugando los fines de semana en el club, este deporte brinda salud física y mental, hace amigos y regala momentos inolvidables.

Por Gema Cebrián Arrabal

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