Más que un perfume.
Un nuevo paradigma.
Ginza invita a expresar la feminidad en todas sus facetas, con todos sus contrastes.
A asumir la dualidad y cultivar la sensibilidad, así como la confianza en una misma.
A potenciar la fuerza interior.
¡Para revelar un poder insospechado!

 

El origen de Ginza reside en la alianza de contrastes, un arte que Shiseido domina a la perfección.
Una manera única de apropiarse de la tradición para llevarla hacia el summum de la modernidad y modelarla, hasta hallar la expresión más justa e inspiradora.

Mientras que en Occidente el perfume representa más bien un arma de seducción, en Japón posee una dimensión más personal y espiritual.

Los samuráis ya utilizaban el perfume y el incienso durante las ceremonias del kodo para tener coraje.
O más bien para liberar su propia fuerza.
En efecto, el bushido, su código moral ancestral, ya los instaba a creer en sí mismos y a convertir su personalidad en un poder mágico.

Guiado por la idea de que ya todo existe en nosotros mismos, Shiseido propone con Ginza un perfume que exacerba la feminidad en su faceta más vibrante, más poderosa.

Una combinación sagrada de contrarios, la sutileza y la intensidad, la delicadeza y la fuerza, la sensatez y la pasión.

Al servicio de la armonía absoluta.

Creado por Karine Dubreuil y Maïa Lernout de la casa de perfumes japonesa Tagasako, Ginza reinterpreta la tradición olfativa nipona para anclarla en la época actual.

En una alquimia perfecta, la elegancia natural de las flores se une con la potencia de las maderas sagradas. Una sutil referencia al ritual ancestral del kodo, que consiste en escuchar el perfume de las maderas para purificar el cuerpo y el espíritu.

Esta dualidad singular caracteriza al aura única de Ginza.

La fragancia se abre con el fulgor de una luminosa granada y bayas rosas picantes.

En el corazón del ramo, el jazmín, cuyo nombre significa gracia en japonés, destila sus facetas más bellas.
Tres variedades de la flor se entrelazan en una sensualidad refinada, cálida y fresca, ligera y embriagadora.

Los pétalos de magnolia y fresia revolotean en un alegre torbellino.
La orquídea de Japón aporta un toque misterioso al ramo de flores.

Constance Guisset, autora de la célebre lámpara Vértigo, crea con Ginza su primer frasco. Tallado en un bloque de cristal, este objeto cautivador revela curvas ondulantes y deja entrever un jugo rosa radiante.

Elizabeth Davison, carismática modelo canadiense, es el rostro de Ginza.

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