La lucha contra el envejecimiento es el gran reto del sector de la cosmética y la belleza. Es una batalla que comienza muy pronto.
Después de los 20 años nuestra piel empieza a perder hidratación
poco a poco.
Entre los 25 y los 30, genera menos lípidos y aparecen las primeras líneas de expresión, por lo que comienzan a hacerse visibles las arrugas.
Después, ya a partir de los 40 años, la piel pierde elasticidad y firmeza, y comienza también a disminuir su grosor,
aspectos que se irán agravando progresivamente
con el paso del tiempo.

A medida que pasan los años, la piel va reduciendo la producción de los componentes más importantes que utiliza para mantenerse joven.
Algunos de los más conocidos son el colágeno o el ácido hialurónico, pero no son los únicos.
Conforme nos hacemos mayores, también se reduce la producción natural de coenzima Q10, uno de los componentes esenciales de las células y clave para combatir contra el envejecimiento.

Los expertos de Nivea la marca n.º 1 mundial en cuidado de la piel, explican que la coenzima Q10 se produce de forma natural en nuestro organismo, y contribuye de forma importante al funcionamiento de todas
las células del cuerpo.

Esta coenzima, parecida a una vitamina, está presente en todo nuestro cuerpo y contribuye en numerosos procesos orgánicos y metabólicos esenciales.
Entre sus principales funciones, es clave para producir energía celular para que nuestras células puedan realizar correctamente los procesos que requieren más energía, como la regeneración celular.
Pero también actúa como antioxidante para frenar el efecto de los radicales libres tanto dentro como fuera de las células.
Los radicales libres aceleran el envejecimiento de la piel y dañan las células.
Una de las mayores fuentes de producción de estos dañinos radicales libres es la radiación UV, pero también hay otras como la contaminación, el estrés o hábitos de vida poco saludables.
Como la coenzima Q10 está presente tanto en las membranas celulares como en los lípidos de la superficie de nuestra piel, cumple una tarea importante como antioxidante para combatir el envejecimiento causado por los
radicales libres.

La coenzima Q10 está presente en nuestro organismo de forma natural, pero con el paso del tiempo va disminuyendo su producción, por lo que su aplicación tópica a través de la cosmética tiene
dos grandes beneficios para la piel:

1. Retrasa el envejecimiento

Este nutriente es una eficaz fuente de energía celular y un potente antioxidante, por lo que contribuye a la regeneración de las células. En general, refuerza la estructura natural de la piel y combate el daño de los radicales libres. Por tanto, consigue retrasar el envejecimiento cutáneo, reduciendo visiblemente las arrugas y contribuyendo a que la piel mantenga o recupere su elasticidad, firmeza y tersura.
Potencia los beneficios de otros nutrientes

Se ha demostrado que la coenzima Q10 refuerza los beneficios antiedad de la creatina, un aminoácido que está presente en la piel y que potencia la producción de colágeno.
De esta forma, la cosmética enriquecida con ambos ingredientes será aún más eficaz para reducir las arrugas y mejorar la firmeza.

Igualmente, también se ha demostrado que combinar la coenzima Q10 con la vitamina C y la vitamina E es muy eficaz para luchar contra la oxidación de las células producida por los radicales libres.
Por sí sola la vitamina C tiene un potente efecto antioxidante y contribuye a generar colágeno.
La vitamina E también tiene propiedades antioxidantes y es imprescindible para el sistema imnunitario, para la circulación de la sangre y para el buen funcionamiento de los procesos celulares.
Así, la combinación de la enzima Q10 con las vitaminas C y E aumenta la absorción de oxígeno para facilitar la regeneración celular.
El resultado es una piel más fresca y luminosa.

Todos los tipos de piel pueden beneficiarse de la coenzima Q10 para combatir su envejecimiento.
No obstante, también hay que combinar la aplicación de este nutriente con otras pautas que ayuden a mantener nuestra piel joven durante más tiempo. Por eso, los expertos de Nivea dan algunos consejos sobre cómo cuidarnos para retrasar los signos de la edad:

Llevar una dieta rica en antioxidantes
Comer de forma equilibrada es imprescindible para una vida sana y para prevenir el envejecimiento de la piel. Es importante incorporar alimentos que incluyan nutrientes antioxidantes, como la coenzima Q10, la vitamina C, la vitamina A o el selenio.

Por ejemplo, podemos conseguir un extra de coenzima Q10 tomando ternera o carne de ave, sardinas, huevos, soja, patatas, hortalizas de hoja verde o legumbres.

Evitar el tabaco y la contaminación
Además de su impacto en la generación de radicales libres, el tabaco y la contaminación reducen la producción de coenzima Q10.
Una piel expuesta a un ambiente contaminado se verá envejecida más rápido y, al mismo tiempo, acumulará más impurezas y no respirará adecuadamente.

Incorporar productos enriquecidos con coenzima Q10
Uno de los primeros pasos para combatir el envejecimiento es adaptar nuestra rutina de belleza.
La coenzima Q10 es apta para todo tipo de piel y, puesto que su beneficio principal es prevenir los signos de la edad, es especialmente útil comenzar a incorporar este suplemento en la piel joven como medida de prevención.
Pero, por supuesto, es también fundamental mantener la aportación tópica de esta coenzima para contrarrestar la disminución de su producción natural en nuestro organismo con el paso de los años.
Por tanto, a medida que la piel madura, se beneficia mucho más de ella, ya que contribuye a frenar la aparición de los signos principales del envejecimiento como las arrugas o la pérdida de firmeza.

Mantener la hidratación
La pérdida de hidratación es la primera señal de envejecimiento.
La cantidad de agua que debemos beber depende del clima en el que vivamos, de la estación del año, de nuestro peso, de nuestra alimentación…
Lo más importante es beber con frecuencia y no esperar a tener sed.

Hacer ejercicio
El ejercicio físico es otro gran aliado antiedad.
Nos hace eliminar partículas nocivas, nos ayuda a dormir, mejora la circulación sanguínea, contribuye a la regeneración celular y ralentiza el deterioro causado por el envejecimiento y los factores externos.

Evitar los daños causados por el sol
La exposición prolongada a las radiaciones ultravioletas del sol es muy dañina para la piel, no solo en verano.
La luz solar aumenta la producción de radicales libres, y por tanto, el daño y envejecimiento de nuestras células.
Para reducir el impacto negativo del sol, es indispensable protegerse con cremas que incluyan protección solar durante todos los días del año, porque no debemos olvidar que la radiación solar también afecta a nuestra piel en días de menor intensidad solar o en los días nublados.

La doctora María Agustina Segurado, experta asesora de Nivea nos cuenta:
“La coenzima Q10 fue descubierta en 1957 por el científico americano Frederick L. Crane.
Poco después, el químico británico Peter Dennis Mitchell descubrió cómo funcionaba en las células y gracias a ello, le fue concedido un premio Nobel.
Nivea fue pionera en aplicarla en sus productos cosméticos antiedad ya en 1998 y, desde entonces, es un ingrediente estrella por su gran cantidad de beneficios y su más que demostrada eficacia.
Por supuesto, las claves de mantener la juventud de la piel son el cuidado constante, una dieta sana y una vida saludable, pero deben combinarse con una rutina cosmética adecuada que incluya las ventajas antienvejecimiento de este poderoso nutriente, que existe de forma natural en nuestro organismo y es adecuado para todo tipo de piel, especialmente cuando disminuye la producción propia de este componente con el paso de los años”.

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