Desde el Imperio aqueménide, (550 a. C.–330 d. C.) esta región, la mayor parte del tiempo, constituyó un Estado amplio, de habla iraní (El persa o farsi), gobernó zonas similares a los límites actuales de Irán y a menudo regiones mucho más amplias, lo que a veces se llama el Gran Irán.

Toda la zona sufrió un proceso de “persianización” cultural, que dejó resultados que perduraron más allá del dominio político. Se corresponde con los actuales territorios de Irán, Afganistán, Tayikistán, Azerbaiyán, Uzbekistán, Baluchistán, las áreas tribales de Pakistán y las regiones colindantes.

Palacio de Darío 1er, en Persépolis, Irán.

Allá hacia los años 224, una nueva dinastía acaba con el reino de los reyes Partos, dando origen a la dinastía Sasánida, formada por guerreros refinados.

Los Sasánidas reinaron desde el año 224 al 651, se declararon, herederos de los grandes Reyes Persas Aquaménidos y fueron los primeros en llamar su país el Imperio de los Arios.

Vaso en forma de cuerno (rython)

Este periodo fue brillante en el plano cultural, en la historia de Irán. Los Sasánidas establecen el pahlavi como idioma oficial y con el escriben los grandes textos religiosos del zoroastrismo.

Fue también la época de gran desarrollo literario, tradición que terminará por inspirar a numerosos autores de periodos posteriores.

Cabeza de caballo sasanida

El reino se enriqueció con las corrientes intelectuales de otros imperios. Los sasánidas acogieron a numerosos filósofos del imperio romano, una vez que este se convirtió al cristianismo.

De alguna manera participaron en la transferencia del saber, acogiendo a los exilados de la escuela neo-platoniciana de Atenas, cuando fueron perseguidos por el Emperador Justiniano.

El zoroastrismo se convirtió en la religión oficial, religión que reposa en la lucha permanente entre el bien y el mal. Preconizando que al final vence el bien, la práctica de la bondad y la pureza del fuego eterno.

Escultura sasanidas

Los Safávidas

El Imperio safávida fue el primer Imperio persa, luego de la conquista árabe de Persia por Ismail I. los persas safávidas establecieron el control sobre gran parte de la Gran Persia/Irán y afianzaron la identidad persa de la región.

Techo de mezquita

La literatura, el arte y la arquitectura florecieron de nuevo en esta era, denominada a menudo como el “renacimiento del Imperio Persa”. Los safávidas implantaron el islam chiita como religión oficial del imperio.

Miniatura sobre papel, safavide

A esta dinastía le seguirían la dinastía afsárida (1736–1747), la dinastía zand (1750-1779), luego la dinastía kayar (1785–1925) y por último la dinastía pahlavi (1925-1979), durante todas ellas el arte y la cultura han estado presentes.

Bronce de luristan (periodo del hierro)

El arte persa se ha desarrollado ampliamente en su zona de influencia cultural.
Ha tenido destacados ejemplos en muchos sectores, que incluyen la arquitectura, pintura, tejido, cerámica, caligrafía, la metalurgia, la escultura y la mampostería.

Ceramica antigua

Cerámica mitologica

La dinastía kayar (también escrito Qajar, Qadjar o Qājār ) es un término comúnmente usado para describir Irán (por entonces conocido como Persia ) bajo el gobierno de la familia real kayar, que gobernó en Irán desde 1794 hasta 1925.

Alfombra antigua persa (kashan)

Periodo Kayar

La Etapa Kayar o Qajar, es una de las etapas más significativas de la historia de lo que entonces era Persia. En varios países islámicos, la relación entre las estructuras religiosas y la libertad creadora de los artistas suele ser difícil. Pero la familia tribal de Qajar, que unificó y gobernó a Persia entre 1785 y 1925, logró establecer un puente único entre la tradición y el mundo moderno.

Florero con trabajo de Azerbaijan

Los artistas del largo reinado de los Qajar produjeron obras de gran interés e importancia, en varios sentidos. El imperio persa se convirtió así en la Meca de los creadores del mundo islámico.

Textile suzani

Otro aspecto llamativo de la dinastía Qajar es la producción de obras figurativas, es decir, representaciones que buscan ser fieles a la realidad, una tendencia que no abunda en el arte islámico. ‘Creo que la aparición del arte figurativo estuvo ligada al deseo de los Qajar de dominar por completo la región. Creían que, al documentar su vida y la de su familia, fortalecerían su posición dentro de la sociedad iraní

Piezas en esmalte iraní

Quizá el rasgo principal de la dinastía Qajar haya sido su mecenazgo artístico. Fatih Ali Shah se hizo famoso por estimular la creación poética y pictórica, además de reflotar la antigua tradición de la talla en relieve sobre piedra, algo que no se había hecho durante casi 1.000 años.

Retrato de Fath-Ali-Shah-qajar

Muchos historiadores del arte consideran que el período Qajar es uno de los más significativos del mundo islámico.

El interés de la mayoría de las obras no es técnico, ya que las innovaciones son escasas en ese terreno, sino más bien la descripción obsesiva de los detalles.

Por Nelson Castellano-Hernandez

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