En la Ribera del Duero a pocos kilómetros de Valladolid, este antiguo monasterio cisterciense del siglo XII ha sido
magníficamente renovado y convertido en Hotel Termal de 79 habitaciones. El monasterio es uno de los mejores conservados de Europa y fue declarado Bien de Interés Cultural y Monumento Histórico Artístico Nacional en 1931.
Todo el recinto es un oasis de paz y bienestar. Pasear por el claustro, la iglesia o las
distintas estancias arquitectónicas
es realizar un viaje hacia al pasado, lleno de historia y encanto en cada rincón.
La cabecera de la iglesia, la sala de trabajos y el claustro bajo corresponden a los últimos años del
siglo XII y principios del XIII y cuentan con una gran simplicidad de líneas que, junto a la austeridad decorativa, reflejan el espíritu de renovación
cisterciense.
Destaca la iglesia de tres naves, que sorprende por sus dimensiones, y en la que dos de sus relieves representan la Lactación de San Bernardo y la Sagrada Familia del escultor Gregorio Fernández.
El agua de esta estación termal es minero medicinal indicada para tratamientos digestivos, metabólicos y hepáticos. Tambien es idónea para terapias de aldelgazamiento y procesos de estrés.
Más de 2.000 m2 están dedicados a la estación termal, con 16 cabinas de tratamiento, dos piscinas termales, interior y exterior, un circuito de contrastes y una piscina para niños.
Dedicado al bienestar y a la belleza,el SPA de CLARINS propone sus tratamientos de rostro y cuerpo. Un método exclusivo de eficacia probada cien por cien manual y productos profesionales especialmente desarrollados para su uso por terapeutas y formulados a base de
extractos de plantas de alta eficacia.
Con una técnica especial de CLARINS, mediante distintas presiones se favorece el drenaje y la circulación linfática, se modela rostro y cuerpo,atenuando arrugas y aspecto acolchado y aportando luminosidad.
Merece la pena dejarse mimar en este sitio único,
alejados del mundanal ruido, para volver renovado y lleno de energía.
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