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Llegamos al aeropuerto de Ciudad del Cabo en un día de inicios del suave otoño en el Hemisferio Sur, el 24 de marzo y desde allí nos desplazamos en un coche que había enviado para recogernos NUBA, nuestra agencia de viajes. Shaun Scrooby era el corresponsal de NUBA y guía del viaje. Él iba a hacer que pasáramos unos días inolvidables. Habían diseñado un recorrido a nuestro gusto visitando bodegas y también al de nuestras hijas, que les apetecía mucho ver animales salvajes en una reserva.

Buscamos un lugar no demasiado distante de Ciudad del Cabo y también que fuera una reserva en donde fueran padres con niños pequeños, no excesivamente grande como el Parque Nacional Kruger, que ocupa una extensión de 1.098.000 Ha., sino de un tamaño más reducido. Nuestra reserva elegida tiene 54.000 Ha.

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Conducidos por Shaun, nos dirigimos hacia la reserva de Sanbona situada a una distancia de tres horas de Ciudad del Cabo. Se encuentra cerca de Montagu y posee 650 especies de flora y una rica variedad de fauna, pájaros, de mamíferos y reptiles. Pertenece a la empresa Samwari Group que tiene varias propiedades en Sudáfrica, entre otras, además de Sanbona, una reserva de gorilas en Ruanda y y otra reserva en el Parque Nacional Kruger.

Sanbona es la combinación de la palabra San denominación de la tribu que vivía en este área durante cientos de años y Bona representa buena zona para cazar “el pequeño Karoo”.

En los últimos 200 años estos territorios habían sido colonizados y sus animales salvajes habían desaparecido. Este grupo empresarial ha acometido un ambicioso proyecto, el de devolver a las tierras su aspecto original y adaptar de nuevo los animales salvajes.

Fueron tres días inolvidables los que disfrutamos en Sanbona, en los que pudimos ver toda clase de animales salvajes como antílopes, búfalos, leonas blancas, babuinos, hipopótamos, rinocerontes, jirafas y elefantes. En Sudáfrica se encuentra el mayor número de rinocerontes del continente, el 82%. Están muy amenazados por los cazadores furtivos, muy buscados por su valiosísimo cuerno. En dos años han esquilmado la cabaña de estos animales en 680 ejemplares actualmente solamente quedan 19.000 en Sudáfrica y en el resto de África unos pocos más.

Durante nuestra estancia, las excursiones se organizaban a la salida del sol y a la caída del sol. Nos desplazábamos en un 4×4 descapotable acompañados de una ranger cuya misión era enseñarnos la reserva y buscar los animales en ella para poder aproximarnos lo máximo posible. Sentíamos gran emoción cuando divisábamos algún animal en la lejanía y nos íbamos aproximando despacio para que pudiésemos observarlo de cerca sin que el animal huyese.

Después de estas expediciones íbamos a nuestro alojamiento, unos lodge de estilo africano decorados con muchísimo gusto. La comida era muy buena, a menudo probamos la carne de los antílopes como la del Springbok que es muy sabrosa y tierna.

Nuestro viaje continuó hacía Hermanus, un pueblo marinero, que es un centro muy importante de veraneo de Ciudad del Cabo. Aquí nos alojamos en el hotel The Marine, con unas vistas maravillosas sobre la bahía de Walker, con 55 kms. de playas de arena dorada. Alli vimos delfines, pingüinos, focas y ballenas en una especie de ritual que se repite año tras año. Es emocionante ver este enorme mamífero marino tan cerca. Después de aparearse aquí, las hembras regresan cada tres años en busca de estas aguas templadas, seguras y tranquilas donde tener a sus crías. Tomamos un marisco y un pescado fresco y exquisito en Harbour House situado en un precioso pueblo de pescadores, Kalkbay (bahía de la tiza).

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Después de comer proseguimos el viaje hacia Ciudad del Cabo. Una vez allí nos dirigimos para alojarnos durante la ultima etapa de nuestro viaje al magnifico hotel colonial Mount Nelson, donde estuvieron escritores como Joseph Conrad o Hemingway.

Desde allí programamos con Shaun, nuestro guía afrikáner, la siguiente visita que sería a la zona de los viñedos.

Durante nuestro quinto día de viaje atravesamos el barrio residencial de Constantia, de grandes casas en la parte alta en el que vivía el conde Spencer, y fuimos a conocer varias bodegas de la zona de Stellenbosch. Primero visitamos la bodega de Waterford State y después fuimos a la de Rupert & Rothschild State. Steven en Waterford nos enseñó la bodega e hicimos un picnic entre los viñedos lo que nos brindó la oportunidad de descubrir unos paisajes maravillosos y unos vinos espléndidos. La bodega está situada junto a la espectacular cadena de montañas Simonsberg, en el valle Franschhoeck (el rincón de Francia).

Fuimos recibidos por la encantadora enóloga de la bodega, Ivonne Lester, responsable de la viticultura y de la enología. Realizamos una cata muy interesante de los vinos que se producen en la bodega: Baroness Nadine, Barón Edmond y Classique.

La variedad de viñedos que se cultivan en esta propiedad abarcan uvas chardonnay, cabernet sauvignon, merlot y cabernet franc y su coupage sirve para hacer unos grandes vinos cuya producción, de 1 millón de botellas, se exporta aproximadamente en un 50 por ciento.

Nuestro plan de visitas a bodegas lo dimos por cubierto, ya que no es posible conocer todas las bodegas de esta zona por que se calcula que solo en Stellenbosch hay unas 128.

Nuestro viaje iba a tocar su fin y para ello no quisimos dejar de visitar el Parque Nacional del Cabo de Buena Esperanza donde pudimos ver el Atlántico en su extremo más al sur del continente africano.

De despedida, la última noche, fuimos al Victoria & Alfred Water front Mall, dónde tomamos un pescado magnífico en el restaurante Baia.

Al día siguiente nos dimos una vuelta por la ciudad y pudimos ver varios sitios interesantes como el Jardín Botánico, el Parlamento, la Casa de los Esclavos, y el Aquarium, que es magnífico con gran variedad de peces. Vimos un tiburón blanco y pulpos de muy variadas formas y por supuesto fuimos a hacer algunas compras para llevarnos recuerdos. Es muy recomendable una tienda que se llama Trival Trends, donde se pueden encontrar toda clase de objetos africanos de decoración y también complementos.

Sudáfrica es un país en donde uno se siente seguro, hay un gran nivel de vida y ha mejorado en temas de seguridad. En definitiva, Ciudad del Cabo es un lugar que para el turismo presenta toda clase de atractivos.

RECOMENDACIONES

Agencia de Viajes:
-Nuba.

Hoteles:
-Mount Nelson Hotel by Orient Express, Ciudad del Cabo.
-Cape Grace Hotel.
-Taj Hotel.

Restaurantes:
-Baia, en Victoria & Alfred Waterfront Mall.
-Blues Restaurant, en Camps Bay Beach.
-Harbour House, en Kalkbay.

Centros Comerciales:
-Victoria & Alfred Water Front Mall.
-St. Georges Mall.
-Tribal Trends Shop, en Long Street.

Visitas en Ciudad del Cabo:
-Museo de Ciencias Naturales
-Galeria Nacional de Arte.
-Museo de los Esclavos.
-Plaza de Green Market.
-Jardín Botánico o Company Gardens.
-Catedral de St. George.
-Acuario oceánico.

Por Ania Fernández de Mesa,Marquesa de Vargas

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