La medicina estética nos ofrece cada vez más avanzadas técnicas para mantener una piel elástica y un rostro saludable. Tanto la mesoterapia facial con vitaminas como el peeling son dos buenos ejemplos de tratamientos efectivos y sin anestesia que nos permiten continuar con nuestra actividad diaria desde el mismo día de su aplicación.

La mesoterapia facial con vitaminas 

La piel contiene un importante agente hidratante denominado
ácido hialurónico que impide que se seque la piel pero, con el paso de los años, las concentraciones naturales de este elemento disminuyen y la piel se torna apagada y cansada.

La mesoterapia facial con vitaminas es un tratamiento con el que se reponen esas concentraciones disminuidas de ácido hialurónico en la piel.
El tratamiento es sencillo.
Consiste en practicar unas pequeñas punciones –de ácido hialurónico, antioxidantes, minerales, vitaminas, etc.– debajo de la capa superficial de la piel, en un área conocida como la dermis.
Gracias a estas micro inyecciones, se restauran las concentraciones disminuidas en la piel y se favorece la luminosidad y la elasticidad conservando la humedad dentro de la piel.
También es eficaz para recuperar el aspecto natural y las sensaciones de una piel joven e hidratada en el cuello, el escote y las manos.
El tratamiento no tiene efectos secundarios salvo la aparición de ligeras rojeces o algún hematoma, que siempre podremos disimular con un poquito de maquillaje.

El peeling

Otro recurso de medicina estética recomendable para el cuidado de la piel es el peeling.
Su nombre viene de la palabra «pelar» y es un tratamiento que logra renovar la piel en un tiempo más corto que de una manera natural.
Devuelve el tono uniforme y la luminosidad a la piel eliminando imperfecciones, pequeñas arrugas, cicatrices, estrías y manchas.
Además, estimula la creación de colágeno logrando una piel más elástica, activa la circulación aumentando el grado de humedad de la piel y mejora la absorción de los productos de belleza.

Existen varios tipos de peeling según su profundidad
–superficial, medio y profundo-
y en función del tipo de técnica que se utilice
–mecánico, químico y físico-.
El peeling mecánico (o dermoabrasión) se realiza mediante un rodillo con diamantes u otras piedras incrustadas.
Es uno de los tratamientos más comunes e ideal para
eliminar cicatrices y arrugas en el rostro.
Algo más intenso es el peeling químico, que se lleva a cabo aplicando productos químicos como el ácido retinoico, salicílico, láctico, glicólico, mandélico, tricoroacético o fenol, y resulta muy eficaz para eliminar
manchas en la piel y arrugas finas.
Por último, el peeling físico utiliza equipos láser para eliminar capas superficiales de la piel y renovarla en un período de tiempo más corto.
Aporta luminosidad al rostro.

Como efecto secundario, el peeling produce descamación fina de la piel a los seis días posteriores a su aplicación por lo que es necesario el uso de protección solar y crema hidratante para favorecer la reepitalización.
Únicamente los peelings más fuertes, como en los de cicatrices de acné, manchas oscuras o arruguitas más profundas, aparecerán unas costras de color marrón oscuro que tardarán entre siete y diez días en caerse.

Consulta con tu médico qué tratamiento necesitas para
rejuvenecer tu rostro y,
¡consigue una piel nueva, hidratada y luminosa!

Por Matilde S. Bayton.
Doctora en Medicina y Cirugía General.
Mártires Concepcionistas, nº13, Madrid
Tel. 91 345 1757

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